lunes, 28 de febrero de 2011
Otra versión de la muerte
Escurren sollozos por entre mis dedos
cual riachuelos frescos buscando el mar,
que es también su muerte,
fluyen dislocados, rompiendo la paz.
Las ansias se desprenden, vuelan como hojas
descosidas de ramas, mariposas verdes
que antes fueron deseo, y ahora mutadas
Son caricia húmeda y salada.
En la obscuridad los labios se buscan,
Se van descubriendo a ciegas, y a ciegas
se entregan, y a ciegas se matan, a ciegas se hieren,
Así renuncian y después vuelven.
La noche toca nuestros cuerpos, los envuelve,
los va amarrando uno al otro, sin darse cuenta
y como que no quiere la cosa
nos encontramos frente a frente
más desnudos que la misma muerte.
Creo que ya es hora.
¡Si ya es hora¡
sin que lo note apunto mi pistola
y le ensarto mil disparos
con toda la suavidad del mundo
y sin prisa la mato.
Poquito a poquito se desploma en mi regazo
Y mientras la noche nos abraza,
quedo también yo muerto en sus brazos .
En la obscuridad los labios se buscan,
La noche nuestros cuerpos abraza.
Desde mi muerte veo la luz
Que entre tus piernas me llama.
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me encantaron los disparos suaves... ¡ensartados!
ResponderEliminarbuena luis :)