lunes, 21 de junio de 2010

Encanto pagano


Se descongelo la noche



cuando tu lengua artista



ensayó en mi piel



cual trémulo diapasón



los acordes de floración,



y se desato la gracia



cuando tu lengua sabia



signó en mi piel



la senda que lleva



a la morada del sazón.



y expiro la razón



al filo de tu canto



cuando tu boca diestra



se sumergió valiente

cual buzo ciego

Por mi arisca corriente.

Flor de alhelí

Sabanas de luna

Con suavidad me arropan

Cuando tropiezo por tu alhelí.



No dejes que tus pétalos marchiten

flor invalida

del férreo jardín.

Aunque el sol se mude

y la lluvia de tus ojos

no pare de latir

verde sonrisa

y mirada florida

germinaran en ti.

haiku salvaje


Selvática piel,



que ha signado las sendas


De mi fauno instinto.

haikus con piel nocturna


Filosa risa,



satírica y celestial:


Luna en menguante

haikus de rigor.



Tus ausencias,



siempre están rumbeando:


Sobre el tintero.

miércoles, 16 de junio de 2010

6 Haikus para tus petalos de lis



I.

Quiero abrazarte

Tan hondo, tan profundo

Tapiar el miedo

II.

Quiero morderte

En tu cama de luna

Como serpiente

III.

Envenenarte

De caricias y filia

Presa durmiente

IV.

Algo me invita

A penetrar los bosques:

Y libar tu lis

V.

Sumergirme en ti

Entre tu boca y piernas

Nadar por siempre.

VI.

Algo me llama

Como un eco de sol

Hacia el fértil sur

martes, 15 de junio de 2010

Diurna pesadilla



Hoy, al despertarme he soñado un sueño horrible,

Soñé que las ventanas andaban ciegas,

Esforzándose por no trompicar con el destino,

Soñé que las calles caminaban desnudas

 por otras calles huérfanas

razonablemente embrutecidas

y al filo de la luna,

que los faroles se tragaban la luz hacia el pecho

y eructaban soledades crudas,

miserias predigeridas.

Soñé pardas maquinas engullendo hombrecitos tristes.

Soñé días viscosos atrincherados en la zozobra del sinsentido,

y que las tardes eran huecas tan sinsabor con una cortesía de rutina.

Hoy al despertarme que sueño más horrendo he cogido.

Soñé miles de almas perdidas en los laberintos de la sinrazón

Cargando al lomo juicios  que marchitan al corazón,

soñé que la lagrima de un niño se tornaba tan obesa

y desbordante que aplastaba el mundo,

 que el alarido del animal era tan lapidario

y obscuro como una noche

Sin siquiera la nostalgia de tu abrigo,

Soñé un flor con cirrosis

Infértil y desabrida.

Soñé a la tierra tan débil

Tan desnutrida,

Arrastrándose por la vereda

Desterrada y en olvido

Hoy al despertarme que sueño más horrendo he tenido

Cuando me duerma espero salir de esta pesadilla.

lunes, 14 de junio de 2010


Volver



¿Qué haré con la semilla si no se

vuelve árbol?

¿Qué haré con el río si no se

vuelve mar?

¿Qué haré con una sonrisa si no

se vuelve amor?



Pero,

¿A dónde va el árbol si no vuelve

a ser semilla?

¿A dónde va el río si no

vuelve a ser manantial?

¿A dónde va el amor si no

vuelve a ser sonrisa?


Mocuepa



Tlein nicchihuaz ica in xinachtli intla

amo mocuepa cuahuitl?

Tlein nicchihuaz ica in atoyatl intla

amo mocuepa teoatl?

Tlein nicchihuaz ica in ixhuetzquiliztli intla

amo mocuepa tetlazotlaliztli?



Yèce…

Campa mohuica in cuahuitl intla

amo mocuepa xinachtlli?

Campa mohuica in atoyatl intla

amo mocuepa ameyalli?

Campa mohuica in tetlazotlaliztli intla

amo mocuepa ixhuetzquiliztli?

P.J.

lunes, 7 de junio de 2010

FOTOGRAFÍAS DE MÉXICO

ATIZAPÁN EN LAS FALDAS DE LA NOCHE

FOTOGRAFÍAS DE MÉXICO

AHÍ ESTÁ ÉL,



INFINITAMENTE SERENO



CON SUS BRAZOS TENDIDOS AL CIELO,



EN COMUNIÓN CON EL VIENTO



EL VIENTRE AFERRANDOSE A LA TIERRA



LOS PAJAROS AL VUELO LO DECORAN DE GORJEOS



EL SOL SUELTA UN SUSPIRO



Y LOS TRAVIEZOS RESCOLDOS



BRINCAN Y JUEGAN EN SU CRESTA



¿SERÁ QUE EL ARBOL REZA AL CIELO?



Ó ¿ES QUE EL CIELO RINDE TRIBUTO



CON SU CRISTALINA LAGRIMA



AL BENDITO CEDRO?.

Hipótesis de vida

Fluye hacia el vago caudal del mañana


con prontitud ciega el enflaquecido día,

Instalada en el vestíbulo de la noche

Yace la mentira apozada, cínica y seductora

Trepa en los faroles huérfanos

que visten con sombras las calles desnudas

de la ciudad: monstruo-pocilga, de mil ojos,

Lóbrega garganta, que engulle de sol a sol,

Y de promesa a promesa

el verdor Intacto de los corazones desarrapados.



En este mar de indecencias, de futuro invalido,

De prejuicios que ahogan y de molinos eternos

Aprendo a deletrear esperanza,como naufrago

me aferro a la morada del sueño, !me pregunto!:

¿Qué es esta vida? ,

Y en la mirada impasible

de un crio en alimento desgarrado

Chispea una razón;

En la vigila: un mal sueño

Y en el sueño: un naufragio.

A veces no tanto y a veces

 más.

domingo, 6 de junio de 2010

Crecimiento



Cuando mi corazón florido
se apague en silencio
y la ocena tierra
me abrace en su pecho
yo renaceré
como tierna aurora
que llora y que esparce
semillas y flora.

Cuando un chupaflor
sorba de mi pecho
mi canto travieso
nadara en tus ecos
madre niña hermana
cresco en ti, regreso.

Qué es la poesía


Netzahualcóyotl



(1450)

Lo he comprendido al fin:

oigo un canto: veo una flor:

¡oh, que jamás se marchiten

miércoles, 2 de junio de 2010

Cavilaciones de un Padre


Este mundo travestido, este libreto cancerígeno, esta realidad patas arriba.
este es el verdadero cuento de horror para nuestros niños.


¿Alguna vez has respirado el adhesivo olor del miedo?
¿Alguna vez has tragados fríos trozos pestilentes de infamia?
¿Has palpado la sigilosa y mañosa mentira, su mimetismo, su temperatura?
¿Te has tenido que tragar la orina insulsa del remordimiento?
¿Has vaciado la fe en el basurero fantasmagórico de la rutina?
¿Alguna vez has extraviado las mariposas, los sueños en el lóbrego llano de la inercia?
¿Te has tragado con el pecho las preguntas?
¿Se han anticipado a tu mirada las respuestas?
¿Has adulado las sanguijuelas obesas de fieltro blanco?
¿Has alimentado la insaciable oscuridad con trozos de alegría con pedazos de esperanza?
¿Alguna vez te has acostado con el mortal vacio de la indiferencia?
¿Alguna vez has confiado en la carne y te han traicionado?

-Hijo mío, aún eres pequeño, y juegas con el mundo,
lo sacudes y lo inventas, te escapas de él
como un viajero de un tren.
Hijo mío aún duermes acompañado de la luna,
y yo tengo mil preguntas que revoletean aprisa
como un enjambre de insectos insuflados de miel,
No te preocupes: cuando crezcas me podrás responder
Ahora puedeS seguir jugando
con tu carrito que vuela
Sobre la montaña a tus pies-.

Parpados de sol


Para mi querida madre:
Como la aurora que entra en la habitación del monte

y se posa tranquila, dulce y encendida

en cada piedra, en cada hoja, en cada flor,

abrazándose a la montaña,

prendiendo la tierra,

así entraste tú.

Cuando por la colina voy:

Tanta vida vuela derredor y es inasible,

y es desbordante, como las olas del mar,

como tú; cálida melodía de alma ligera,

voz de guitarra que por las noches brota

y me guía por el sendero alumbrado de tu melódico aroma.

Como el canto de los pájaros madrugadores

que despabila y aligera el alma,

como esa fresca brisa de candor y abrazo

que baña mi corazón, así fuiste tú,

sonora y armoniosa, fraternal y frágil,

así eres tú.

Te agradezco madre,

madre tierra,

madre perla,

madre luna,

madre selva,

madre mar,

madre Silvia,

te agradezco el aire inflado de esperanza,

te agradezco el despertar del canto,

te gradezco el vuelo del ave, de la mariposa,

de las palabras, te agradezco la fruta, la risa,

el llanto, el sueño, pero sobre todo

te agradezco el soplo de tu mirada,

eterna playa,

gracias.

Y deseo y espero días más coloridos,

días musicales y risas y brisas

y canto para ti.

Tu hijo.

cicatriz



Traigo el alma empapada en cicatrices,
que no secan, que no escurren, que no vuelan.

Como el salmón vuelve al origen,
siempre antes de su muerte;
Los inviernos a mi alma,
las heridas a mi calma,
siempre antes de su muerte,
Regresan para embeberme,

Traigo un mar de inclemencias
Y el verano me ha dejado
Con tú cara y el dulce helado
Que lamiera tu indecencia.

Traigo lleno el almanaque
de los besos que faltaron,
de la infamia que irradiaron
esos ojos chocolate.

La tristeza es la estación
Que ha llegado a instalarse
En la huerta de mi suerte
con ruidosa duración

Levanto los inventarios de tu fiel olvido
Como la noche levanta el susto
Y el día levanta el ruido,
Riego los cementerios de tus besos caídos
Y solo encuentro mis fantasmas
Tan dulces y complacidos
Tan verdes tan parecidos,
Yacen la miseria y la desventura en su lecho
Revolcándose en mí silencio, como orgía
De mil insectos, como fuego vacio y yermo.

Traigo en el alma cicatrices
Que se instalan en la alcoba
De la calma y el perdón.


La tristeza es la estación
Que ha llegado a instalarse
En la huerta de mi suerte
con ruidosa duración

Extraviados



Estamos tan lejos de nostros que en nuestros corazones ya levanta el horizonte
de
la desaparición

I.
En otros tiempos,
cuando otras lunas alumbraban las noches
y otros vientos esparcían las horas
como semillas encarnadas
de ansias, de hadas
existían unos hombres:
Viajeros del cielo,
Exploradores poetas
Armoniosos pobladores de las esferas
del misterio.
Agradecidos siempre por las bondades
del movimiento sempiterno de lo invisible,
Satisfechos por la caricia florida
de los padres creadores,
de su copula cósmica
fundadora de vida.
Agradecidos siempre.


II.
Y sin embargo nos perdimos,
o los perdimos
para nunca encontrarnos,
en los laberintos del tiempo.
Nos fuimos alejando con paso vacilante
hacia la tentación de los abismos.
Y nos trago la noche, nos aspiro el simulacro.
De la tupida selva nos descobijamos,
de navegar los ríos
serpenteantes y claros
en canoas inasibles
nos hartamos,
de labrar las estrellas
para cultivar los cantos,
para deletrear la armonía
invisible
del cielo áureo
nos cansamos.
Irremediablemente.
En la autocontemplación estéril,
en la autoreferencia insana
en nuestro laberinto sideral
atestado de signos y telarañas
de avidez y engaño
nos fuimos enredando.


III.
Y nos trago la noche,
nos arropo la farsa.
Nos fuimos olvidando
de los latidos del cosmos,
de la sensatez descalza
de nuestra madre tierra,
de la respiración de las piedras
y el dolor de los caballos.
Fácilmente complacidos
Satisfechos desgarrados
Nos fuimos olvidando.
Sin sentido sin abrazos.

Urano y Gea





Los arboles son los brazos de la tierra,
Que se aferran con sus ramas trémulas
al lustroso dorso del cielo,
incitándolo a verter sobre ella
el líquido simiente que fertilizara sus sueños.
Son campos floridos y montañas risueñas,
son ríos desnudos y valles serenos;
el retoño de las bodas sempiternas
del alto cielo y la morena tierra.
Y los pájaros azules cantan
Estival mensaje
De lisonja y trueno.

6 HAIKUS PARA ACARICIAR LAS RUMBERAS PIERNAS DE MARZO



I.
El saltamontes trae
un mensaje del caracol:
¡Esta delirando la primavera!


II.
Llovizna de Sol.
Impaciente flor espera
Un beso del huitzilli(colibrí).


III.
Se ha inundado la noche
De un ligero aroma a estrellas
Vagamente claro.


IV.
Tu pelo es noche
Descansando sobre el césped
Con un abismo en tus ojos

V.
Emerges sin miedo,
Armoniosa y vacilante:
Flor desterrada

VI.
Cuanta integridad
Callejero, mi amigo
Invítame a ladrar

LA MÚSICA DE TUS LATIDOS



Cuanto me gusta luna morena
esa manera tan tuya de rumbear las penas,
despedazas de tal manera a dentelladas de sazón,
arpegio candela, la embustera muerte,
que se oculta con eficacia falaz,
y con rostro cuatrera, en el fondo de los días,
en el fondo difuso de las palabras desiertas.
Saber que en ti tengo el antiofídico infalible
para las tardes de invierno inexorable,
para los días ásperos de sonrisas esquivas,
cuando las ventanas con ojos cerrados,
no oyen la luz que vuela alrededor,
para el veneno de esos enjambres de hiel
y asco que cosen su colmena, de cebo
y telarañas
en la puerta de la esperanza.

Como me gusta luna morena
la manera en que tus pétalos son mojados
por la fresca luz lunera
en esas noches cuando en tus ojos anida el alba,
suave y menguante
tan apacible,
y en tu mirada encuentro la alcoba perfecta
donde protejo mi corazón, seguro,
lejos de los buitres financieros de babilón,
lejos de las sangijuelas carroñeras,
desiertos sedientos de inquina,
esclavos de la reina muerte.

Como me gusta linda morena
la manera en que por tu cuerpo escurren los ríos de templanza
serpenteando hacia tus caderas
Como manantiales nacidos en tu pecho,
donde me empapo de vida.
esa forma en que toreas las ráfagas de farsa,
y bailas sobre la exangüe muerte,
habitas cadenciosa el oquedal en mi mirada,
sabes trasmutar la insustancialidad de la palabras
en cuerpo y sudor en sal, en sabor.
Cuando tu sonrisa disloca la temperatura del sueño
y yo me sueño que sueño en tu sueño
y solo soy un sueño errante
en la suave geografía de tu cuerpo,
y me hundo en tus labios
y me pronuncio en silencio
cuando tus piernas despiertan trémulas y risueñas
en la manañana de mis brazos
y el sol entra a ras de piel
sobre tu horizonte a pasear por la frutal vereda.
Dónde queda la vida
después que pasa el aleteo de tus sueños,
mariposa ebria del abrazo de sol,
revoloteo de dulzura,
Qué sería de mis semillas
Sin el vendaval que dispersa y funda.
Sin tus brazos, sin tu cómplice cabellera
Tan profunda como la verdad,
tan generosa como la marea.
Cuanto me gustas incólume sirena silenciad de la ciudad.

Nubes de caramelo



El día despertó de su trasnochado sueño. Deje atrás mi casa y caminé rumbo a la Francisco Villa, había llegado la hora.
Esperé a que todos salieran para saltar la barda; trepé por la puerta y brinqué, caí sobre una gran mierda que desestabilizo mi aterrizaje pero logré incorporarme inmediatamente y recuperé el equilibrio sin más problemas, todo lo tenía planeado con rigurosa precisión, había leído el “Manual de acción directa” del Frente de Liberación Animal y todas las medidas de seguridad estaban resueltas, mi acuciosa observación de las rutinas y horarios de la familia me daban toda la ventaja para lograr mi objetivo, estaba un paso adelante de ellos, sabía que tenía hora y media antes que la familia regresara del templo “La Congregación” de testigos de Jehová, no me fue tan fácil vencer la cerradura, mi estudio del modelo 800/X-900 me había llevado a resolver que la parte más débil para abrirla se encontraba en el receptáculo que atajaba el seguro, sumiendo los bordes podría deslizar el choricillo y aplicando un poco de presión la puerta cedería, con un poco de reticencia logré mi objetivo en 12 minutos, ahí estaba el umbral que nos separaba de la libertad, tome a Caramelo y salimos tranquilos en dirección opuesta al templo, no olvidé dejar la nota: “Me largo miserables humanos egoístas, cangrejos de ciudad, me voy a un lugar mejor ya que ustedes nunca sabrán respetar, los quise, es cierto, porque fueron lo primero que conocí, pero si me hubiera quedado con ustedes pronto me convertiría en un antisocial y psicótico ser debido al encierro que es mi único destino con ustedes, ¡Adiós! Atte. Caramelo”. Caminamos rumbo al parque Tezozomoc y burlando las restricciones del acceso a mascotas entramos. Las hojas de los árboles eran agitadas dulcemente por el viento, el parque empapado por la luz de marzo estaba alegremente vacío, Caramelo corrió y de un salto me arrebató la gorra, su ágil vitalidad semejaban la demencia desmecatada de Nandito - el primogénito de mi tía Laura- corrí para alcanzarlo y tratar de quitársela pero Caramelo no daba tregua y con gesto jocoso se adelantaba y giraba a gran velocidad manteniendo las patas traseras en el mismo lugar para después correr y detenerse a girar de nuevo, después de infructuosos intentos por recuperar mi gorra caí tendido sobre el pasto en dirección al cielo, observando las tersas y traviesas figuras que las nubes creaban. Caramelo llego mansamente a recostarse a mi lado, puse mi mano sobre sus agitadas extremidades y nos quedamos tranquilos por un momento, los inadvertidos cambios de las figuras de las nubes y las nuevas e insólitas formas que se creaban al servicio del viento me llevaron a pensar en el cambio de vida que experimentábamos.
Durante el tiempo que Caramelo había estado con su primera familia su inagotable energía era apagada al pie de un escalera donde permanecía amarrado día y noche con una cadena que no superaba el metro y medio de extensión, su apretujado cuerpo descansaba sus esperanzas sobre un peldaño desgraciadamente incomodo y frío, sin embargo, Caramelo no parecía someterse a los días de desdén y sujeción, y su carácter mantenía siempre una afable curiosidad por cualquier ser que cruzara enfrente de él, desde pequeño había sido sometido a maltratos y el infortunio parecía que duraría toda su vida, pero como las inadvertidas figuras que en aquella inmensa tarde creaban las nubes, su vida había tomado un dirección venturosa. Al rendirse la tarde sobre las faldas de la noche tome a Caramelo y nos fuimos a casa. Con el paso de los días mi insomnio fue esfumándose como nube, Caramelo y yo teníamos tantas tardes por crear, tantas horas que dibujar, tantas mañanas por amanecer, tantas nubes para ladrar.