miércoles, 2 de junio de 2010

Extraviados



Estamos tan lejos de nostros que en nuestros corazones ya levanta el horizonte
de
la desaparición

I.
En otros tiempos,
cuando otras lunas alumbraban las noches
y otros vientos esparcían las horas
como semillas encarnadas
de ansias, de hadas
existían unos hombres:
Viajeros del cielo,
Exploradores poetas
Armoniosos pobladores de las esferas
del misterio.
Agradecidos siempre por las bondades
del movimiento sempiterno de lo invisible,
Satisfechos por la caricia florida
de los padres creadores,
de su copula cósmica
fundadora de vida.
Agradecidos siempre.


II.
Y sin embargo nos perdimos,
o los perdimos
para nunca encontrarnos,
en los laberintos del tiempo.
Nos fuimos alejando con paso vacilante
hacia la tentación de los abismos.
Y nos trago la noche, nos aspiro el simulacro.
De la tupida selva nos descobijamos,
de navegar los ríos
serpenteantes y claros
en canoas inasibles
nos hartamos,
de labrar las estrellas
para cultivar los cantos,
para deletrear la armonía
invisible
del cielo áureo
nos cansamos.
Irremediablemente.
En la autocontemplación estéril,
en la autoreferencia insana
en nuestro laberinto sideral
atestado de signos y telarañas
de avidez y engaño
nos fuimos enredando.


III.
Y nos trago la noche,
nos arropo la farsa.
Nos fuimos olvidando
de los latidos del cosmos,
de la sensatez descalza
de nuestra madre tierra,
de la respiración de las piedras
y el dolor de los caballos.
Fácilmente complacidos
Satisfechos desgarrados
Nos fuimos olvidando.
Sin sentido sin abrazos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario