martes, 7 de septiembre de 2010

Ultimo rugido de sol



Aún chorrean del cielo mansas gotas de luz.

El crepúsculo se empecina en mantenerse en píe,

mas el silencio de la noche camina aprisa.

Lento fallece el día con su carga diaria de ineludibles adioses

y desencuentros, de espesas rutinas, de miradas extraviadas

en humo y esperanzas torcidas.

De los risueños árboles tierno aliento nace.

El viento juega y coquetea con las verdes mariposas

en blandas ramas que sacuden frío.

Una nube caprichosa busca al sol, lo descubre,

el cielo irisado suelta un suspiro de luz y color;

fulgurante música dorada

como último rugido del eterno tigre

antes de dormir.

Demoradas aves agitan su alma

y de ella surge música y calma,

regresan a sus nidos,

la tarde ha caído sin remedio,

                                                otra vez.

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