domingo, 24 de febrero de 2013


Todos  vieron al  culpable del fatídico accidente

que dejo muy maltrecho al pobre cuerpo social

y todos atestiguan, con implacable evidencia 

que el criminal certero,  fue la ebria

y enervada empresa capital

que en  su afán de  atrabanco  ha arrollado

sin quebranto

Todita, toda, la vida comunal.

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